El 27 de Mayo celebramos la fiesta de Pentecostés. Esto significa que ha llegado el final del tiempo de Pascua, los 50 días. Ahora Jesús nos envía el Espíritu Santo para que tengamos fuerzas de anunciar allí donde estemos su mensaje.
En Israel celebraban la fiesta de la cosecha pero nosotros celebramos la venida del Espíritu Santo.
Para los discípulos fue todo un acontecimiento. El Espíritu les da las fuerzas necesarias para salir de su escondite y no temer seguir con la misión que Jesús les había dado. Debían ser los que continuasen con el anuncio. ¡ Uf! ¡ Menos mal! ¿Te has parado a pensar que si no lo hubiesen hecho no estarías leyendo este blog?. Si se hubiese acabado todo con Jesús la palabra de Dios no habría llegado hasta nosotros.
Ahora nos toca seguir con esta misión de los apóstoles. Somos los encargados para que esta semilla fuerte, porque es de Jesús, siga dando fruto. Cada uno en su vida debe buscar que hacer por los que nos rodean, cuando es necesario dar una palabra de aliento al que está triste... ¡Todos tenemos una misión! ¡Busca la tuya! Cada día Jesús cuenta contigo.
